El Global Call to Action Against Poverty (GCAP) expresa su profunda preocupación por la guerra en Ucrania y, especialmente, por la seguridad y la supervivencia de las mujeres y las niñas en Ucrania y en todos los países afectados por conflictos como Yemen, Siria y Afganistán. Las mujeres y las niñas se enfrentan a la violencia sexual y a varias restricciones en muchos países, incluido el derecho a la educación, en medio de una crisis humanitaria inmanejable. La ONU ya advirtió que la guerra en Ucrania obligará a millones de personas a huir de sus hogares, lo que aumentará el riesgo de violencia contra las mujeres y las niñas. Impacto de COVID-19: Los dos últimos años de la pandemia de COVID-19 han demostrado que las mujeres y las niñas, especialmente las de grupos marginados como las comunidades indígenas, las comunidades discriminadas por el trabajo y la ascendencia (CDWD), las mujeres mayores, las mujeres con discapacidad y las mujeres refugiadas, se han enfrentado a múltiples discriminaciones durante y después de la pandemia debido a la apatía del Estado, los prejuicios culturales, la pérdida de ingresos y la negligencia familiar. La pandemia ha empujado a cientos de millones de personas, incluidas las mujeres, a la pobreza, devastando sus vidas, y más profundamente la de las mujeres de los grupos marginados. El informe global Leave No Woman Behind (no dejar a las mujeres atrás) del GCAP reveló la grave negligencia, discriminación y violencia a la que se enfrentan las mujeres y niñas de grupos marginados, a la hora de acceder a las medidas y beneficios de ayuda de los gobiernos. Entre ellas se encuentran: Las mujeres Dalit o de comunidades discriminadas por el trabajo y la ascendencia (DWD) se enfrentaron a varias restricciones a la hora de acceder a las ayudas del gobierno en el marco de sus planes de protección social, debido a la falta de pruebas de identidad y a la discriminación, entre otros factores. También fueron víctimas de agresiones violentas durante la pandemia. El feminicidio es una forma extrema y letal de violencia de género que sigue afectando a miles de mujeres y niñas en todo el mundo. El COVID-19 provocó un aumento de los feminicidios desde Francia hasta Singapur. En América Latina y el Caribe, al menos 4.091 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 2020. Las comunidades indígenas han corrido el riesgo de contraer el COVID-19 debido al limitado acceso de los servicios de salud, la falta de acceso a la información en las lenguas nativas sobre el virus y los paquetes de ayuda. Las trabajadoras indígenas migrantes de Asia se han visto especialmente afectadas por la pérdida de empleo, y se han denunciado casos de hambre, tortura y violencia. Han sido testigos de la violencia estatal debido a su desplazamiento de sus tierras durante la pandemia. Las mujeres indígenas y campesinas juegan un rol importante frente a la seguridad alimentaria de sus países. Por ejemplo, en América Latina, de los 58 millones de mujeres que viven en el campo, sólo el 30% son propietarias de tierras agrícolas. Esto demuestra una discriminación de género que hace a las mujeres campesinas e indígenas más vulnerables al desalojo y a la falta de acceso a la tierra. Han habido prácticas de exclusión similares contra las mujeres refugiadas, las mujeres con discapacidad y las mujeres mayores. Desigualdad en las vacunas: Durante la campaña de vacunación en curso, ha habido grandes desigualdades en el acceso a las vacunas entre el norte y el sur del mundo. Ha habido menos disponibilidad de vacunas para los países de ingresos bajos y medios debido a la protección de los derechos intelectuales de las vacunas COVID-19. Esto ha sido el resultado de la oposición a la [1]exención de los ADPIC por parte de la UE, el Reino Unido, Alemania y otros, así como debido al acaparamiento de las vacunas por parte de los países ricos. Por lo tanto, no es de extrañar que apenas el 11% de la población africana esté vacunada en la actualidad. Tampoco hay datos creíbles para establecer la discriminación de género en la vacunación. Sin embargo, las observaciones empíricas sugieren que las mujeres de las comunidades marginadas de todo el mundo se enfrentan a obstáculos para acceder a las vacunas debido a los prejuicios culturales, la falta de tecnología y la priorización de las vacunas. Recomendaciones: En el Día Internacional de la Mujer, el GCAP propone las siguientes recomendaciones para #BreakTheBias: - Detener la guerra en Ucrania y otros países: ¡no a la violencia contra las mujeres!
- La pandemia de COVID-19 no debe servir de excusa para la falta de acción en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
- El desarrollo de sistemas de protección social con perspectiva de género es fundamental para combatir la pobreza entre las mujeres y las niñas. Esto requiere un compromiso financiero a largo plazo con la protección social, incluido el Fondo Mundial para la Protección Social, para lograr la protección social para todos en 2030. Esto debe incluir a todas las mujeres y basarse en la justicia social, la equidad y los enfoques basados en los derechos para la resiliencia de la comunidad.
- Hacemos un llamado a todos los gobiernos para que declaren las vacunas COVID como Vacuna de los Pueblos y garanticen un acceso universal y equitativo a las mismas. Para lograrlo, pedimos especialmente a los gobiernos de la UE, el Reino Unido y Alemania que apoyen la exención de los ADPIC para las vacunas, los diagnósticos y las terapias de COVID-19, de modo que todas las mujeres del mundo reciban vacunas gratuitas.
- Los gobiernos deben garantizar los servicios básicos de salud y la participación en los programas de recuperación sin discriminación, y deben asegurarse de que se disponga de datos desglosados por edad, discapacidad, etnia, ubicación y situación de pobreza para controlar estos compromisos.
- Los gobiernos deberían tomar medidas especiales para poner fin a la violencia contra las mujeres, poniendo en marcha un mecanismo legal adecuado: justicia rápida y castigo ejemplar para los agresores. Las medidas para generar conciencia a mujeres y hombres por igual sobre la empatía entre ellos jugarán un papel decisivo para disuadir la violencia contra las mujeres y las niñas.
- Todos los Estados deben adherirse a los compromisos en materia de derechos humanos y adoptar y adaptar sus políticas, leyes, programas y presupuestos en consecuencia. Entre ellos se encuentran la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD); la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; y los convenios, protocolos y garantías de seguridad social de la OIT (Organización Internacional del trabajo) debidamente ratificados relativos a los trabajadores migrantes, los pueblos indígenas, la protección salarial, los trabajadores domésticos, las disposiciones sanitarias para los trabajadores y el piso de protección social.
La desigualdad de género es una forma perversa de discriminación que socava la identidad y agencia de las mujeres y las priva de sus derechos. En el Día Internacional de la Mujer 2022, el GCAP insta a los Estados Partes a poner fin a la violencia, la exclusión y la discriminación contra todas las mujeres y niñas, y a lograr por fin la igualdad de género y la inclusión: ¡Los derechos de las mujeres son derechos humanos!
[1] Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio o ADPIC – ver más |